Queridos amigos,
La estación avanza (la metereológica, la del tren se queda quieta), y aunque todavía tenemos días de nevadas, como ayer y hoy sin ir más lejos, se otea ya el final del invierno y las plantas, que lo saben empiezan a reverdecer. El trigo temprano (variedad R1, propiedad de las grandes corporaciones y laboratorios, modificaciones genéticas y patentes mediante) ya asoma en los campos, y el común de los mortales nos damos prisa en terminar de podar y cortar las suertes de leña (sorteo de la poda y su aprovechamiento de los montes comunales) antes de que la sabia "suba" a las ramas y los árboles comiencen a desperezarse del invierno.
Así que eso tocó en el pueblo la semana pasada, y de la poda de los plataneros (Platanus Hispánico) de la Plaza Hueca se encargaron los hombres del pueblo: Jose Chena, Juan, Mari, los hermanos Aguado, Santiago, Jesús, Alberto... (espero no haberme dejado a nadie si es así, ha sido sin querer).
A nosotros nos toca el abonado de las tierras, que poco a poco vamos preparando cuando el “astro” (palabra que nos ha descubierto hoy Mari (muchas gracias) para referirse a la metereología) nos deja. El año pasado se nos echó el tiempo encima y no nos dió tiempo a hacer todo el proceso de dejar orear el estiércol en la tierra para después mezclarlo, así que recurrimos al vermicompost, que es el resultado del trabajo de las lombrices tras haber procesado el estiércol y los restos de huerta, por ejemplo. Este es un abono muy fino y fermentado, pero como este año vamos con tiempo y previsión pues vamos a hacer uso de la lógica local y a aprovechar los recursos de la zona, cerrando el ciclo.
En nuestro pueblo hasta el año pasado había un rebaño de cabras que todos los días (salvo nevada feroz que cubriera todos los pastos) sacaba Jesús a hacer sus caminitos. Este rebaño era el que aprovisionaba a los huertos locales del ciemo (estiércol) y del mejor y más fino de todos: el sirle, que es como se llama en estas tierras al estiércol mezclado con paja y ya fermentado, con una textura similar a la turba y que según me cuenta Dioni, es un término de origen prerromano.
Y en Valtajeros están Amanda y Dani, con un rebaño de mil cabezas de ovejas churras que todos los días que el tiempo lo permite (cuando hace mucho frío o hay nieve, las ovejas sufren) pastorean. Estos rebaños cumplen una función primordial de limpieza de los campos, de abonado y de expansión y mantenimiento de las especies vegetales y por lo tanto de la biodiversidad, porque no son pocas las semillas que para germinar necesitan haber pasado antes por el baño de ácido del estómago de estos animales para deshacer la cascarilla que los cubre (la alternativa convencional no natural recomienda dar un baño a esta simiente en ácido sulfúrico). A mi me parece que si no fuera por pastores como Jesús, y como Amanda y Dani, estas especies animales habrían desaparecido hace tiempo y con ellas las función imprescindible que realizan. Amanda es jovencísima y a sus 28 años es ganadera porque era una opción lógica de ganarse un sustento sin tener que salir de su pueblo. Nos parecen admirables, y más con los tiempos que corren, cuando las ayudas y subvenciones por dejar el rebaño suponen una tentación demasiado alta como alternativa a esta vida tan sacrificada del pastor.
El código (y la pura lógica) del consejo regulador de la agricultura ecológica dice que el abono empleado para los cultivos ecológicos debe provenir de ganadería ecológica (un mito, porque en este país no existe, salvo honrosas y contadísimas excepciones y desde luego no tanta como cultivos existen), de ganadería extensiva o del vermicompost.
Cualquier otro estiércol estaría cargado de química y antibióticos que pasarían también a las plantas. Pues bien, nosotros tenemos suerte, porque gracias a uno y a otros, nosotros disponemos de un abono estupendo y ecológico que esperemos haga las delicias de nuestras huertas, y la misma nuestras delicias posteriores. Es la lógica de la naturaleza, donde todo sirve, y todo se aprovecha, y si uno quiere no se genera más residuo que el plástico de los envases (incluso poco si se es razonable y un poquito artista).
Cuando el tiempo no acompaña, o cae la noche y ya no se puede trabajar más en los huertos, entonces nos queda el trabajo de la preparación de las semillas.
Como por ejemplo los ajos, que pondremos en la tierra junto con las cebollas tempranas en cuanto la tierra se seque (aunque nos quedan todavía cuatro días de nieves y lluvias) y coja tempero (tempero es ese punto en el que la tierra está entre seca y húmeda, que si la coges con la mano y la dejas caer, cae suelta, pero que si la aprietas cerrándola con el puño, se queda apelmazada y prieta).
Y como la semana tiene muchos días, pues el finde estuvimos en Amayuelas, visitando a los amigos, y poniendo nuestras manos para ayudar en su matanza.
Sin embargo, esta vez no habrá fotos de embutidos ni de animales muertos, todo lo contrario. Queremos enseñaros como es la ganadería ecológica en los pueblos, y sobre todo como es el sentido común.
Da mucho gusto, frente a tanta foto cruel de tanto animal hacinado en granjas que más bien parecen fábricas de dudoso alimento ,encontrase con estos animales orondos y despreocupados paciendo, o picotenado, o corriendo libres en el campo.
Pero también es cierto que Amayuelas es un pueblo especial, que responde al proyecto especial de mucha gente especial. De verdad que vale la pena conocerlo. Y para eso existe un documental llamado “La Tierra Asoma: Amayuelas” que os recomiendo a todos.
Finalmente, ayer fue el apagón general de protesta contra los abusos de las eléctricas y la subida de la factura de la luz. Como no será el último, me temo, os cuento que no basta sólo con apagar la luz de casa, el ordenador y la tele, porque son muchos los electrodomésticos que permanecen conectados a la red consumiendo electricidad aunque no lo percibamos, y esto hace que al final la reducción del consumo sea pequeño (en torno a un 30%). La forma más eficaz de “apagarse” es bajando el diferencial general de la casa. Hacer esto durante cinco minutos no tiene ningún riesgo, ni para la comida del congelador y la nevera que no se descongela ni calienta, y como mucho, puede ocurrir que se desprograme el reloj despertador. Y sin embargo llega a reducir en un 87% el consumo, que si son cifras más serias.
Y ahora, yendo al grano, y como esta semana el AEMET apunta subida de las temperaturas, nos aventuramos a decir que esta semana nuestras rehuertas, tienen a bien ofrecernos:
- Alubia Blanca de Riñón: 5,70 €/Kg
- Apio (1,50 €/manojito)
- Borraja (3,00 €/Kg)
- Brócoli (1,50 €/Manojito)
- Cebolletas tiernas (1,5 €/manojito)
- Escarola (1,65 €/unidad)- Espinacas (3,00 €/Kg)
- Garbanzo de pedrosillo: 2,80 €/kg
- Harina integral de trigos (candeal, trigo duro y centeno) (1,60 €/Kg)
- Harina integral de espelta pelada (3 €/Kg)
- Lenteja Pardina (3,45 €/Kg)
- Nabos de Milán (1,5 €/manojito)
- Patatas (1,50 €/Kg)
- Puerros (2,50 €/manojito)
- Repollo (1,50 €/unidad)
- Productos del Naranjal de Valencia: (Pedidos mínimos de 5 Kg)
- Naranajas: (1,57 €/Kg)
- Limones: (1,70 €/Kg)
- Pomelos: (2,60 €/Kg)
- Productos del Colmenar de Caradueña:
- Miel Mil Flores de Estepa (tarro de 1Kg): 6,00 € + IVA 8%
- Propóleo puro de rejilla (100 gr): 12,00 € + IVA del 18%
- Lámina de cera de abeja (para elaborar cremas artesanas o velas, no contiene parafina): 1,60 € + IVA del 18%
- Media vela cilíndrica: 1 € + IVA del 18%
- Media vela cónica: 1 € + IVA del 18%
- Vela cilíndrica: 2 € + IVA del 18%
- Vela cónica: 2 € + IVA del 18%
En fin amigos, que este fin de semana tenemos fiestorro en el pueblo (celebramos 5 cumpleaños a la vez, con cenita ecológica, bailongo, disfraces y karaoke). Vamos a ver si con las fotos de la próxima semana nos podemos echar todos unas risas. Hasta la próxima.
4 comentarios:
la de cosas que aprendo con tus noticias!!
Esto de descubrir frase a frase lo inabarcable de mi ignorancia, me motiva y deprime a la par.
Pero me quedo con las buenas nuevas, con la gente que apuesta por otro modo, por otras formas que no tienen porque ser nuevas, porque no todo lo nuevo es mejor.
Un abrazo
Querida Puppe y Pilar,
¡Yo si que aprendo!. En el pueblo me han corregido y me dicen que los castaños no son tales si no plataneros (Platanus Hispánicos), y que el sirle es una palabra de origen prerromano. Queda dicho.
Todos somos aprendices hasta el final de nuestros días.
Un abrazo muy fuerte y gracias por leernos y tomaros la molestia de comentar.
Tesoro sólo espero estar en esa fiesta, que ya ando preparando mi disfraz.
Un besote.
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