Querid@s
amig@s,
Estas
últimas semanas han sido un no parar de emociones. La última semana
en nuestro pueblito Fuentes, despidiéndonos de nuestros amigos,
compañeros de tantas aventuras... tan generosos con su cariño:
Susana, Albertillo, Siro y Esther y su niña Elisa, nuestros meleros
de cabecera... Javi, nuestro más que amigo y socio, que se nos va
una temporadilla a Perú, pero responsable de nuestra aventura
soriana que tanto nos ha dado, y que esperamos vuelva esta vez ya a
su casa y huertos de Bonastre...
Y
emocionante hasta casi la lagrimilla, conscientes de que para
nosotros terminaba una época, fue la despedida del pueblo, con
nuestros amigos vecinos, casi familia todos juntos para disfrutar de
una cena tan divertida, tan cariñosa, con las jotas que arrancaba
Jaunma a tres y a veinte voces (y los chimpunes de Bienve), con tanto
cariño y buenos deseos, que como no vamos a sentirnos privilegiados.
De Fuentes nos llevamos muchísimo, un aprendizaje del sentido común
y sabiduría de nuestros abuelos, de la que hemos intentado
empaparnos y llevarnos algo. Mi querido tío Pedro, de quien no pude
despedirme ni quise porque no podía decirle adios. Perdóname por no
haber tenido valor, pero espero volver a verte pronto, me queda la
pena de no haber podido ir contigo a que me enseñaras a manejar las
abejas y a sacar esa miel tan negra que las tuyas hacen...
El
discurso de Javi el del Barrao, que no puede faltar en ningún evento
que se precie, generoso siempre, y la foto ampliada de la plaza de
nuestro pueblo, obra de Reca y que nos regalaron en forma de cuadro,
para que día tras día, como hasta hace nada, podamos seguir
asomándonos a la Plaza Hueca, “la plaza que llevamos en el corazón
todos los fuenterreños” y en la que yo veo el Ayuntamiento justo
detrás, en la Plaza de la Constitución que no es la del 77 sino la
del 31, y la casa de la Vitoria, y la de las Puras, y la esquinera de
Tino, y la calle que sube a la casa de Natalia y el Chato, los cabeza
de una familia que nos adoptó entera nada más llegar que incluye
también a Dioni nuestro Alcalde , a Esther y a Juanjulio que tanto
nos enseño y ayudó en el monte. La calle que sube a casa de Chena y
Juan, y a la de Mari el Zaborro... la fuente donde echan las
parrafadas a la sombra de los plataneros Manolito el de Maruja y
David con Rafa... y entonces también les veo a ellos. Ahora este
cuadro está puesto al lado de la ventana grande del salón, la que
da a las puestas de sol sobre este paisaje que envidiaría la
Toscana, para sentarme en mi butaca de ruedas frente a las dos
ventanas de mis pueblos, el mío en el corazón y el que me acoge
ahora.
Porque
somos afortunados y mucho por estar rodeados de tanta gente buena y
generosa. Aquí de nuevo acompañados y adoptados, en este caso por
Dani y Silvia y su precioso proyecto donde nos han hecho un hueco,
aprendiendo de ellos a leer en esta nueva tierra donde los tiempos
son tan diferentes a la que conocemos, y acogidos por las risas de la
Montsiki, y por el grupo de mujeres fuertes dispuestas a apuntarse a
un bombardeo, bailarlo todo y hacer pilates en la calle, frente al
mar, a la hora en que cae la tarde (¡ya soy una de ellas, que
empezaré este viernes!)
Vuelvo
a tener las manos y los pies metidos en la tierra, y disfruto
muchísimo con ello, levantando la cabeza del suelo y de las plantas
para observar los árboles tan diferentes que ahora nos acompañan:
los olivos, el caqui, los algarrobos, y hasta una exótica paulonia
¿te acuerdas, Alberto Abuelo?, esta es altísima ya.
Para mirar el
mar azul y sereno y la promesa de tanta tierra y tantas posibilidades
para convertir al mundo en un lugar un poquito mejor y más
razonable.
Hasta
que nosotros hemos llegado y nos hemos incorporado al terruño, Dani
(el de Camp de la Sort, no Finch Hutton) ha ido trabajando duramente
la tierra, plantando hasta ocho variedades diferentes de tomates
(tomacom, de colgar, kaki, perita kumato, cherry rojo y amarillo,
stufer y bodar), dos de calabacín, uno de ellos delicatessen total,
que es el calabacín bola, ideal para hacerlo relleno, lechugas,
judías, pepinos, pimientos padrones, verdes, berenjenas... hoy he
estado ayudando en la cosecha y se me hacía la boca agua...
Todavía
estamos aterrizando en esta nueva tierra para nosotros, en la que aun
no llevamos ni una semana, pero espero en breve poder ofreceros todas
estas delicias para que vosotros también podáis disfrutar de ellas
tanto como nosotros.
En
fin, que estos son tiempos trepidantes, de emociones como os decía,
pero también de emprendimientos y proyectos e intentaremos poco a
poco poder manteneros al día de ellos a través de la página web
que se irá modificando para que conozcáis los nuevos huertos y ese
lugar que en adelante también será vuestro cachito de tierra de
donde salga el alimento rico y sano para el cuerpo, y para el
espíritu de todos.
Un
abrazo muy fuerte, y gracias por acompañarnos en nuestras aventuras,
y esto incluye a nuestro Anónimo fuenterreño, que incluso en esa
sombra que eligió, nos ayudo a que intentáramos si no ser mejores,
si por lo menos explicarnos mejor.