Esta sección pretende ser un espacio en el que todos podamos compartir los libros que hemos leído y disfrutado y que tienen algo qué decirnos, más allá de su arte.
23 DE MARZO DE 2011: Juan Manuel Martínez, quien ya nos regaló una espléndida introducción al libro de Abel Hernández "Historia de la Alcarama" (con ella que que abrimos esta sección) nos regala ahora una bien argumentada recomendación que es otro brillante análisis del libro "EL CABALLO DE CARTÓN" del mismo autor (2009, Gadir Ficción, ISBN: 978-84-96974-28-9). Este texto (con ligeras modificaciones) fue incluido en su momento en el nº 4 de la revista "Los Pingotes, publicación que con caracter anual edita la Asociación de Amigos de Fuentes de Magaña. Muchas gracias a su Junta Directiva y, en especial, a Reca, que es el factótum de la revista, por su amabilidad al permitir su reproducción. Y muchas gracias a Juan Manuel por compartir con nosotros su lucidez y dominio de la palabra.
"Que en un mundo en el que abunda tanta superficialidad, tanta cosmética, tanto culto al cuerpo y tanta estulticia mediática aparezca un libro como El caballo de cartón es algo que reconcilia a uno con el género humano. Pues en este bello libro se narra, en efecto, la historia autobiográfica de un alma sensible, cultivada, reflexiva y profunda, movida por una curiosidad insaciable, por el asombro, que es la fuente de la sabiduría, como ya sabía Aristóteles. El hecho de que el mismo Abel sea a la vez sujeto y objeto del libro constituye un rasgo diferencial obvio respecto de Historias de la Alcarama, su anterior libro y primera incursión literaria del autor. Y la articulación de esa historia a partir de un pequeño diario que el autor escribió cuando solo tenía 10 años representa asimismo una clara diferencia formal respecto del recurso epistolar ensayado en Historias de la Alcarama. Quizá a cualquiera que lea ese diario ha de parecerle increíble, salvo a don Joaquín, su primer maestro, que un niño de esa edad haya podido escribir un diario de semejante calidad literaria e intelectual.
El título del libro hace alusión al regalo que más ilusión ha hecho a Abel en toda su vida:”un caballo de cartón con ruedas y con un aparejo de carne de membrillo”, en palabras exactas suyas. Se lo trajeron los Reyes Magos cuando era un crío por iniciativa de su tío Sotero, un personaje clave en toda esta historia. Ese caballo es una metáfora de la infancia del autor, su patria perdida a la que vuelve obsesivamente una y otra vez: en realidad, una metáfora del mundo rural de postguerra tal y como se dio en los pueblos de la comarca de la Alcarama en las Tierras Altas de Soria. Entre esos pueblos ( todos ellos abandonados hace tiempo, si nos referimos a los ubicados en la sierra madre de la Alcarama, excepto Valdenegrillos, en donde viven todavía el Zacarías y la Romana, absolutamente ajenos a la vida moderna, como relata Abel en el cap. 8 ) se cuenta Sarnago, el pueblo natal del autor, un espacio mítico y/o mágico forjado por su genio literario que comienza a ser lugar de peregrinación literaria"(...) (Seguir leyendo)
TEXTO CON EL DEBATE Y APROBACIÓN DEL VOTO FEMENINO en la Sesión celebrada el primero de octubre de 1931, por las Cortes Constituyentes de la Segunda República. (Descargar documento).
LA REPRESIÓN EN SORIA DURANTE LA GUERRA CIVIL: Gregorio Herrera Balsa y Antonio Hernández García. 1982. Segunda edición de 2010. Edita Asociación Recuerdo y Dignidad. ISBN: 978-84-614-0448-3. Precio 20€ (Podéis solicitárnoslo a nosotros y os lo haremos llegar con vuestro pedido. Los fondos que se recauden de la venta irán a parar una parte la Asociación Recuerdo y Dignidad para financiar su labor y otra parte a los autores).
En las guerras no todos pierden: algunos ganan. En la Guerra Civil Española de 1936, ganaron Franco y sus partidarios, ellos que con la ayuda de los fascismos alemanes e italianos (y de la Iglesia) asestaron el golpe mortal al sistema democrático y constitucional español. Tampoco todas las víctimas son iguales. Algunas tienen nombres y apellidos, están contadas y se sabe muy bien cuantas son. Basta con acercarse a cualquier iglesia y leer los nombre de los caídos por la patria... El bando republicano, no atacó, defendió, y muchos de sus caídos yacen en fosas comunes, sin existir, sin nombres, y aun persiste el miedo a mencionarlos. Existe un derecho de sus familias de recuperarles, de llorarles, de celebrar sus ritos de muerte. Pero existe un derecho de todos, de conocer la verdad, de ponerles nombre, de contarles y saber cuantos fueron. Es sobre todo un derecho de las víctimas. Y es un derecho internacional reconocido, que en España hemos olvidado y seguimos incumpliendo. Si en la primera edición de 1982 (publicada hace 28 años) el recuento era de 281 asesinados, en esa edición se pone nombre a 465 personas ejecutadas, y sabemos que la cifra todavía va a crecer mucho.
Es imprescindible leer el libro, comprarlo, tenerlo, dejarlo a todos y que lo lean y se empapen y nos enteremos de cómo fue la historia de verdad (esa que nuestros niños ya han olvidado y empiezan a situar justo detrás de los Reyes Católicos). Con nombres y apellidos. Y necesaria también la reflexión que en la introducción nos ofrece Iván Aparicio (haz clic aquí para descargarla íntegra).
30 DE ENERO DE 2011: Francisco Javier y Marisa nos recomiendan "dos hermosos libros de fotografía y textos poéticos breves, "Soria, un viaje a lo efímero" y "Otras Sorias" de Jesus Maria Muñoz Monge. No dejéis de visitar su web (www.jesusmunozmonge.com) cuando volváis cansados de trabajar en la huerta, os reconfortara.........".
Una visión diferente, detallista de Soria, con una visión artística comparada a la plasticidad de Edward Hopper, según su prologuista Fermín Herrero. Lo dejamos en vuestras manos para que lo disfrutéis.
27 DE ENERO DE 2011: Abrimos con la recomendación de Juan Manuel Martínez. Juan Manuel es un vecino de Fuentes de Magaña, a tiempo completo cuando nació, a tiempo parcial ahora, por el derivar de la vida. Enamorado de su tierra, y convencido de que el mundo rural y nuestros pueblitos encierran unos saberes que debemos proteger, recuperar y preservar, nos ofrece un brillante análisis del libro de Abel Hernández "Historia de la Alcarama" (2008, Gadir Ficción, ISBN: 978-84-96974-09-8). Os dejo en sus manos.
 "En el año 2008 apareció, como caído del cielo, el libro de Abel Hernández “Historias de la Alcarama”, publicado por la exquisita editorial madrileña Gadir. Se trataba de la primera incursión literaria del autor. Hasta entonces, Abel Hernández era conocido por su notable trayectoria periodística en diversos medios de comunicación, de la que debe destacarse su reputada labor como cronista político de la Transición, referencia ineludible para cualquier estudioso de la misma. Su conocimiento profundo de aquella transcendental época de la reciente historia política de nuestro país le ha permitido escribir “Suárez y el Rey”, último premio Espasa de ensayo. La publicación de “Historias de la Alcarama” supuso un fulminante éxito editorial. La crítica literaria llegó incluso a comparar La Alcarama y El Sarnago natal del autor con La Celama de Luis Mateo Diez o La Comala de Rulfo. Hasta el propio Abel Hernández, sin ningún ánimo de vanagloriarse, llega a considerar esos espacios mágicos y ahora desérticos de su infancia como su Macondo particular. La verdad es que pocos libros de su género, si alguno, nos dan la visión precisa y alucinante de la vida rural de los pueblos castellanos en el franquismo profundo que nos ofrece “Historias de la Alcarama”. Harían bien los jóvenes de ahora si se asomaran a sus páginas. Reproducimos a continuación un largo e interesante comentario crítico acerca del libro de Abel Hernández. Su autor vivió su infancia bajo los estertores de la civilización rural tan añorada y cantada por Abel Hernández. Él es natural de Fuentes de Magaña, un precioso pueblo de las llamadas Tierras Altas de Soria, a dos leguas escasas de Sarnago, desde cuyos alrededores se obtiene una perspectiva privilegiada de la sierra madre de La Alcarama. Las repetidas referencias a Fuentes de Magaña que aparecen en el texto obedecen a la estrecha relación que mantuvieron Abel Hernández y su familia con ese pueblo a lo largo de la década de los sesenta. Acaso el somero conocimiento de la misma pueda contribuir a apreciar más redondamente la meritoria trayectoria intelectual de Abel Hernández"... (seguir leyendo) |
